Mantener el auto en buenas condiciones no es solamente llevarlo al mecánico para tener el motor bajo control; es importante saber cómo se encuentran los neumáticos, especialmente antes de salir a la ruta. Se hace indispensable: Hacer la revisión regular, en detalle, para asegurarse de que estén en perfecto estado. Mantenerse atento a grietas, englobamiento en los laterales, desgaste acentuado o irregular del dibujo. Revisar el envejecimiento: el tiempo promedio de recambio es cada cuatro años o 60.000 km aproximadamente. Los compuestos de caucho se degradan con el paso del tiempo y sus propiedades originales, como elasticidad y adherencia, van mermando. Su deterioro puede acelerarse por el contacto con productos químicos (disolventes, combustibles, lubricantes) y por la acción de los rayos ultravioleta. La garantía oficial es de 5 años. Se aconseja revisar la fecha de fabricación del producto (código DOT), que es parte de las inscripciones visibles en el lateral o flanco, observando dentro del código (encuadrado entre líneas) los últimos 4 números. Los primeros dos corresponden a la semana de fabricación y los últimos al año. Controlar la presión: al menos una vez al mes. Para realizarlo, es importante que la cubierta no haya recorrido una distancia mayor a 4 km, a 30 km/h, dado que la temperatura elevada podría interferir en la medición. Los fabricantes del vehículo recomiendan la presión correcta a calibrar y, en general, dan un rango (mínimo y máximo) que estará emparentado con la carga que el vehículo transporte y la velocidad de tránsito. Adicionalmente, es importante conocer el tipo de superficie que se va a recorrer, ya que la presión también debe adaptarse, particularmente si el terreno es extremo (arena, barro, nieve, ripio). Es importante que las cubiertas presenten un dibujo con profundidad mayor a los 1,6 mm –la mínima establecida por la legislación vigente–. Muchas poseen indicadores dentro del dibujo de la banda de rodamiento, que señalan cuando se llega a los 1,6 mm para indicar que ya es necesario el recambio. Al momento de colocar neumáticos nuevos, es preferible renovar los 4 juntos o de a pares, para mantener idéntica respuesta y reacción en un mismo eje, colocando los nuevos de acuerdo con la evaluación que los técnicos realicen sobre el estado general. Mantener el vehículo bien alineado es fundamental para extender la vida útil de las cubiertas. Esto garantiza un desgaste parejo, facilidad de manejo y economía de combustible. Si bien el síntoma clásico es la desviación del vehículo hacia un costado cuando debería ir en línea recta (si el camino no tiene pendiente), como la alineación se ve afectada por los golpes o vibraciones cuando el vehículo transita por baches, empedrado u otras condiciones; es recomendable revisarla cada 10.000 km o anualmente. Revisión completa de trenes delantero y trasero, previo al control y corrección de la alineación. El delantero es el más delicado e incluye los sistemas de dirección, suspensión y frenos. Amortiguadores: es aconsejable controlarlos cada 20.000 km. Si bien su vida útil en promedio es mayor a los 60.000 km, existen factores que los comprometen, como el estado de las calles. Se recomienda hacerlo en el momento en que se detecta un comportamiento inestable ya que, si están en mal estado, pueden hacer más largas las frenadas, generar vibraciones al rodar y causar daños en ejes, ruedas y suspensiones.